
En las vastas llanuras, donde la tradición y la destreza se entrelazan, el proceso de hacer queso prensado es una práctica que ha resistido el paso del tiempo. En el llano, esta actividad no solo representa una fuente de alimentación, sino también un testimonio de la cultura y el ingenio de sus habitantes.
Comenzando con la leche fresca y pura, el proceso inicia con la cuajada, donde se añaden enzimas naturales para coagular la leche. Posteriormente, se corta la cuajada en pequeños trozos, liberando el suero. Este suero se escurre, dejando una masa firme y texturizada que será la base del queso.
Luego, entra en escena la prensa, una herramienta esencial en este proceso. La cuajada se coloca en moldes y se prensa para eliminar el exceso de suero, dando forma al queso. La presión ayuda a compactar los sabores y texturas, creando un producto final con una consistencia firme y deliciosa.
Finalmente, el queso prensado en el llano se deja reposar para desarrollar su sabor único. Este arte, transmitido de generación en generación, resalta la conexión entre la tierra, la tradición y la gastronomía local. Cada bocado de queso prensado es una oda al ingenio llanero y un recordatorio de la riqueza cultural que emana de esta hermosa región.