Descubra en qué se diferencian estas dos formas de turismo sostenible que conectan al viajero con la naturaleza y la cultura rural.

Las fincas ecoturísticas y las agroturísticas ofrecen experiencias enriquecedoras en entornos rurales, pero tienen enfoques distintos. La finca agroturística gira en torno a la vida agrícola y ganadera. En ella, los visitantes pueden participar en actividades como ordeñar vacas, sembrar cultivos o aprender sobre el procesamiento de alimentos tradicionales.
En cambio, una finca ecoturística pone el énfasis en la conservación del medio ambiente. Su atractivo principal radica en los paisajes naturales, senderos ecológicos, observación de fauna y flora, y prácticas sostenibles que no alteran los ecosistemas. Aquí, la prioridad es educar al visitante sobre la biodiversidad.
Ambos modelos promueven el turismo responsable, pero mientras el agroturismo destaca la interacción con las labores del campo, el ecoturismo invita a contemplar y proteger la naturaleza. En ocasiones, una finca puede combinar elementos de ambos, ofreciendo una experiencia integral.
Conocer esta diferencia permite tomar decisiones más conscientes al viajar, apoyar proyectos rurales sostenibles y disfrutar del campo de forma respetuosa y enriquecedora.