
Cándida Perales, un verdadero ícono de Arauca, vivió más de un siglo, alcanzando la admirable edad de 101 años. Nacida y criada en el corazón de los llanos, Cándida no solo fue testigo de los cambios en la región, sino que también se convirtió en un pilar de la comunidad. A sus 99 años, próxima a cumplir el centenario, seguía demostrando una lucidez y vitalidad asombrosas. Su aguda mente, su oído atento y su capacidad para narrar anécdotas y chistes con destreza hicieron de ella una mujer verdaderamente excepcional.
En una entrevista cercana a su cumpleaños número 100, Cándida nos dejó ver lo mejor de su carácter. A través de sus palabras, compartieron historias que nos conectan con el pasado y nos recuerdan el valor de la tradición oral. Escucharla era como abrir una ventana al pasado, llena de enseñanzas y sabiduría transmitidas de generación en generación.
Su vida es un reflejo de los valores del llano: resiliencia, amor por la tierra y un profundo respeto por la naturaleza y las tradiciones. Cándida Perales nos mostró cómo la sabiduría de los años puede ser una guía para enfrentar los desafíos de la vida. con humor y gracia Su legado es un recordatorio de la importancia de mantener vivas las costumbres y enseñanza.