Hecho de madera y tradición, el garavato es el compañero inseparable del machete en faenas de desmonte.

Hecho de madera y tradición, el garavato es el compañero inseparable del machete en faenas de desmonte.
En las vastas sabanas del llano colombiano y venezolano, donde el trabajo con la tierra es parte del día a día, el garavato es una herramienta elemental. Consiste en un trozo de madera tallado, generalmente con una forma curvada o en gancho, que sirve para sujetar ramas, bejucos y maleza al momento de talar o trozar con machete. Su uso es indispensable en las labores de desmonte, especialmente cuando se enfrentan monte tupido o rastrojo fuerte.
El garavato se toma con la mano contraria a la del machete o peinilla, lo que permite mayor precisión y seguridad al cortar. Esta herramienta no solo facilita el trabajo, sino que también previene accidentes, al mantener la vegetación firme y lejos del cuerpo del campesino. Su sencillez y efectividad la han convertido en una pieza clave de la faena agrícola tradicional.
Más allá de su uso práctico, el garavato representa la inventiva y resistencia del llanero, que adapta los recursos de la naturaleza a su necesidad. Aunque hoy existen herramientas modernas, el garavato sigue siendo preferido por muchos trabajadores del campo por su ligereza, bajo costo y conexión con la tradición sabanera.
