Descubre cómo los llaneros predicen la llegada de la lluvia observando la naturaleza, los animales y el comportamiento del clima.

En los llanos, la lluvia no llega sin avisar. Para el llanero, la naturaleza habla, y quien sabe escucharla puede anticipar lo que viene. Desde tiempos antiguos, hombres y mujeres del campo han observado insectos, aves y cambios en el ambiente para saber cuándo va a llover.
Una de las señales más conocidas es la presencia de insectos como mosquitos, grillos y “coquitos” revoloteando en torno a las bombillas durante las primeras horas de la noche. Para los llaneros, eso es casi un anuncio seguro de que la lluvia llegará en las próximas horas o días.
También creen que cuando hay un calor sofocante durante la noche y la mañana siguiente, es otro presagio infalible. A esto se suma un sol opaco que en lugar de iluminar, parece presionar la tierra con su peso.
Pero no solo los insectos y el calor hablan. Algunas aves también anuncian la lluvia. El águila que “pilla”, como la llaman, es famosa entre los sabaneros por anunciar el agua con su canto. Si el águila grita, dicen: “¡Pilló el águila, va a llover!”. Y si canta la guacaba, otro pájaro de la región, la probabilidad de que llueva es aún mayor.
Estos conocimientos populares no son superstición: son parte de una sabiduría ancestral basada en la observación diaria del entorno. El llanero ha aprendido a leer los signos del cielo, de la fauna y del clima. Puede parecer magia, pero es pura experiencia.
Así es como, en un diálogo entre naturaleza y tradición, los hombres del llano viven atentos a los mensajes del campo. Porque como dicen por allá: “probando es como se guisa”, y la lluvia muchas veces llega tal como ellos la presienten.
