Las quemas en las sabanas de Arauca arrasan con todo a su paso. Es hora de detener esta destrucción antes de que sea demasiado tarde.
Las sabanas del llano, majestuosas y extensas, sufren cada año un enemigo silencioso pero devastador: las quemas indiscriminadas. En Arauca, esta práctica irresponsable arrasa con pajonales resecos, destruye la biodiversidad y pone en riesgo a los pequeños y medianos productores que dependen de la tierra.
El problema no es solo el fuego en sí, sino la intención detrás de él. Algunos individuos, por puro gusto o ignorancia, prenden fuego a los pastos secos sin medir las consecuencias. Las llamas se extienden sin control, devorando árboles, nidos de aves, madrigueras de animales y contaminando el aire con una densa humareda. La fauna huye desesperada, pero muchas especies no logran escapar. Es un acto de destrucción que no tiene justificación.
Las consecuencias son graves. La pérdida de cobertura vegetal impacta la capacidad del suelo para retener humedad, haciendo que la sequía sea más severa. Además, los ganaderos y agricultores sufren al ver reducidos los recursos para alimentar a sus animales. Lo que para algunos es un espectáculo de llamas danzantes, para otros es la ruina de su sustento.
Es momento de reflexionar. La comunidad debe unirse para frenar esta práctica destructiva. Educar, denunciar y concienciar es clave para evitar que el llano siga siendo consumido por el fuego. La naturaleza es nuestra aliada y debemos protegerla. Detengamos las quemas antes de que sea demasiado tarde.4
Ingles
The Fire That Destroys the Plains: A Call Against Indiscriminate Burning
The vast and majestic plains suffer every year from a silent yet devastating enemy: indiscriminate burning. In Arauca, this reckless practice destroys dry grasslands, endangers biodiversity, and puts small and medium-sized farmers at risk.
The problem is not just the fire itself but the intent behind it. Some individuals, out of pure amusement or ignorance, set dry pastures ablaze without considering the consequences. The flames spread uncontrollably, consuming trees, bird nests, animal burrows, and polluting the air with thick smoke. Wildlife desperately tries to flee, but many species do not escape. This is an act of destruction with no justification.
The consequences are severe. The loss of vegetation cover reduces the soil’s ability to retain moisture, making droughts even harsher. Additionally, ranchers and farmers struggle as they lose resources to feed their livestock. What some see as an entertaining fire spectacle is, for others, the destruction of their livelihood.
It’s time to take action. The community must come together to stop this destructive practice. Education, awareness, and reporting are essential to preventing the plains from being consumed by flames. Nature is our ally, and we must protect it. Let’s stop the burning before it’s too late.
